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Los cuentos de hadas primero, las películas de Hollywood más tarde, y las redes sociales ahora, nos han hecho creer que para todos nosotros existe ese alguien destinado a hacernos felices; un ser semidivino y perfecto que nos adentrará en una historia idílica en la que viviremos por siempre. Sin embargo, la realidad es otra: no hay nadie ni nada perfecto. Y, en caso tal de que hubiese tal cosa, ¿nos hemos detenido a pensar que lo que nos venden como lo más deseable, como la meta última a la que debemos aspirar, quizá no sea lo que anhelamos de verdad? Pues bien, la protagonista de esta novela no se había planteado aquello, razón por la que por donde suelen terminar las historias, comienza la suya. Margot tiene una vida de ensueño. Es bonita, exitosa, adinerada, y está a punto de casarse con un hombre guapo que la ama. El problema es que, con todo y lo anterior, Margot no se siente segura respecto a su futuro, mas no se da cuenta de eso sino hasta su boda, de la cual huye en el último momento. Por otra parte tenemos a David, un “don nadie” que vive en la casa de un amigo y que es dejado por una femme fatale de la que se halla perdidamente enamorado. Dos caminos que no deberían cruzarse pero que lo hacen. ¿La excusa? Ambos intentarán ayudarse mutuamente a recuperar a sus respectivas parejas. ¿Lo que ocurre? Lo más extraño, bello, pasional y complejo que les pueda acontecer. Este es un libro fresco, divertido, emocionante y adictivo, en el que te vas a encontrar desde fragmentos con los que no vas poder parar de reír, ya sea por lo absurdo de las situaciones o las personalidades de los protagonistas, hasta pasajes en los que te vas a sonrojar con descripciones tan detalladas que ofrece de experiencias sexuales. No obstante, esta no es solo una novela para pasar el rato ¡No! También te hace reflexionar acerca del amor propio, las relaciones de pareja, las decisiones y la autorrealización personal. Con bellos personajes, trama amena e inesperada conclusión, te recomiendo esta historia si buscas una lectura que te entretenga y que te desconecte de las preocupaciones. |
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