No es un libro que se acerque mucho a mis gustos literarios. Sin embargo debo reconocer que fue una lectura agradable. Es ligero y sencillo de leer, lo cual facilita que lo leas en distintas y variadas ocasiones. Pero también tiene numerosos momentos que incitan a reflexionar sobre muchas de las situaciones en las que las personas nos vemos en nuestras relaciones sociales. Plantea situaciones interesantes que me han hecho pensar sobre al dificultad de reconocer cada emoción que sentimos; las imágenes que proyectamos; como muchas veces damos por hechos los roles de bueno-malo en una relación sin tener toda la información; la cantidad de personas que tiene problemas para dejarse querer; las crisis existenciales no tiene edad... No es un libro que me fascine pero me ha gustado más de lo que esperaba. Se lo podría recomendar a muchas personas. |