En un principio me enganchó al nivel de leerme las primeras 150 páginas en una tarde, pero hacía la mitad del libro se vuelve un poco repetitivo. Claro que, siendo Elisabet Benavent la escritora, ese bucle termina y la trama regresa a lo que había sido antes, haciendo que el libro tenga un final que, personalmente, me hizo llorar. Lo recomiendo, pero no es una lectura demasiado ligera.
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