Me dejé cegar por un futuro enorme y olvidé las virtudes del presente. No vi el amor de una familia que te quiere por encima de todo, ni la suerte de una amistad verdadera o las oportunidades de decir las cosas que nunca dije. Lo aposté todo a una ilusión efímera cuando, en realidad, ya era feliz. Aunque no lo sabía.
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