Hubo una vez en que Audrey creyó que su vida seguía un camino definido y claro, y que cualquier desvío la llevaría a descarrilar por completo. Ahora se daba cuenta de que los momentos de cambio no eran un final, sino un principio: una oportunidad para una vida distinta, un viaje distinto, una forma distinta de felicidad.
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