 |
Un libro simpático, de lectura fácil, como para aclarar el paladar. Cozy crime, como los de la gran Christie. La investigación improvisada se va cocinando despaciosamente, con el ritmo de un pueblecito inglés pletórico de personajuelos a cada cual más suyo y un Red Lion pub con muy buen rollito, dando como resultado una quiche nada memorable, como las que compras hechas en el supermercado. Para mí la trama tiene siempre un interés secundario, por lo que el que ésta sea ligera no es ningún problema. Miz Raisin es una mujer hecha a sí misma que decide liquidar su empresa de relaciones públicas y retirarse a un hermoso lugar en los montes Cotswolds. La vemos luchando por encontrar su lugar, cambiar de estado de ánimo una y otra vez, tomar decisiones y sufrir altibajos de humor constantes: demasiado humano, como tú y como yo. Te queremos, (no tan) vieja gruñona. Mención especial Roy el pamplinas y a Bill Wong, nuestro héroe salvador. ¡Ah! y una excursión a Bath que recuerda a Miz Austen pasada de vitriolo. "Por primera vez en su vida, supo lo que era la soledad, y la asustó. Desde las ventanas de la cocina, en la parte de atrás de la casa, disfrutaba de una vista de los montes Cotswold, que se alzaban apartándola del mundo bullicioso y comercial, enclaustrándola como si fuera una desconcertada criatura extraterrestre bajo el tejado de paja de su casa, separada de la vida exterior. La vocecita que había gritado: «Pero ¿qué he hecho?» se convirtió en un clamor." |
>
