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Después de devorar “Cadáver Exquisito”, mis expectativas con este libro estaban por las nubes, pero parece que esta vez el hype hizo de las suyas de nuevo. “Las Indignas” es un libro que disfruté, especialmente en su segunda mitad, pero no alcanzó a eclipsar a su predecesor en mi estantería. La autora explora la supervivencia bajo el yugo de un culto religioso en un mundo postapocalíptico. La protagonista es un torbellino de lucha y supervivencia, y su viaje emocional es tan desgarrador que es imposible no sentir cada golpe. La novela explora cómo la mentalidad de las mujeres se ve influenciada por la narrativa del culto, que justifica sus prácticas y su existencia en respuesta a la catástrofe global. La fe y la creencia se convierten en herramientas de manipulación, pero también en un refugio contra la incertidumbre del mundo post-apocalíptico. La narrativa de Bazterrica es conocida por su crudeza y capacidad para evocar emociones intensas. En “Las Indignas”, esta característica se mantiene presente, ofreciendo una experiencia lectora visceral que puede resultar abrumadora. La autora no escatima en detalles, lo que puede ser tanto una virtud como un desafío para el lector. Sin embargo, esta vez sentí que la intensidad rozaba el exceso, y aunque usualmente busco esa descarga emocional en mis lecturas, aquí me vi un poco sobrepasada. Agustina tiene una pluma que no teme mancharse de tinta oscura. Su estilo es directo, sin filtros, y tiene la habilidad de hacerte parte del escenario, aunque a veces quieras cerrar los ojos y escapar. ¿Lo recomiendo? Sí, pero con la advertencia de que es una montaña rusa emocional que no todos querrán subir. Es una obra que, sin duda, deja una huella indeleble en el lector, invitándolo a reflexionar sobre la resiliencia y la condición humana en circunstancias extremas. |
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