Las indignas

No es la primera vez que leo a Agustina Bazterrica, hace unos años la descubrí con la impactante y sobrecogedora "Cadáver exquisito", y las expectativas estaban altas. Su última novela no solo las ha superado; además me ha parecido diferente, muy especial.

En este caso la autora nos traslada a un futuro oscuro, asolado y, lo más escalofriante, angustiosamentemente posible. El cambio climático y la expoliación de los recursos naturales han acabado con el orden establecido; las pocas mujeres que han sobrevivido se refugian en la Casa de la Hermandad Sagrada, un nuevo culto religioso alzado después de la catástrofe sometido a un orden jerárquico dictatorial y represivo. Una orden que, lejos de amparar a las mujeres, las somete a una violencia extrema.

"Las ingratas" dibuja una distopia perturbadora en la que las mujeres son sometidas a torturas, sacrificios y mutilaciones por el bien común. Un futuro de víctimas y victimarios, en el que el cuerpo de la mujer es la ofrenda para implorar auxilio. Un futuro poco alagüeño para nosotras, pero tan reconocible que sobrecoge.

No es una lectura fácil; es un libro incómodo, se lee con una sensación pesada de incertidumbre y desconfianza. Cuenta entrar; al principio me pareció confuso, pero es cuestión de pasar unas cuantas páginas. de repente, todo encaja, todo cobra sentido y se construye una historia dura, cruda, escalofriante y luminosa. Porque en "Las indignas" hay espacio para esperanza; es un espacio pequeño, pero lo suficientemente importante para que quepa la sublevación, la resitencia y el amor más puro.

No es un libro para todo el mundo, pero si te gusta las novelas atmosféricas, oscuras y terriblemente bellas te va a encantar.