Los gatos salvajes de Kerguelen

Hay un abismo entre los pensamientos y las palabras. Por eso a Olivia le fascinan los lunáticos. No tiene filtro, sus palabras van cargadas de sentido, aunque sea uno que solo ellos entienden. No llevan puesta la máscara de la hipocresía. Son libres en su locura.

El miedo es una cosa con plumas que se posa en el alma haciendo trizas los esperanza.

Los icebergs, de una belleza efímera y cambiante, son el canto del cisne de la naturaleza moribunda.

El miedo es una cosa con plumas que se posa en el alma haciendo trizas la esperanza.

No se grita a los que de verdad te han cabreado, sino al que pilla más a mano, al que puedes gruñir sin peligro. Se pagan las frustraciones con un maltrato sutil que va minando la vida del subordinado, quitándole primero el amor por su trabajo -si es que lo tenia-, luego las ganas de existir y por último la salud.