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Reseña completa en el blog: http://janetgaspar.blogspot.mx/2018/0... La historia inicia en Londres y el narrador abre contándonos acerca de tres hermanos: Wendy, Jhon y Michael; estos tres niños viven con sus padres y su Nana que, curiosamente, es una perra, pero es la mejor niñera que pueda existir. Su vida de niños va viento en popa hasta que un día un travieso niño entra por la ventana, un chico que ha perdido su sombra, ¡se trata de Peter Pan! Peter convence a los tres hermanos a partir con él hacia el reino de Nunca Jamás una isla donde se divertirán de lo lindo, un lugar con piratas, hadas, sirenas y un sinfín de aventuras diarias. Sin poder resistir la tentación los hermanos acceden y los cuatro, en compañía de Campanita (un hada caprichosa) parten en dirección a la mítica isla. El resto de la historia es bastante conocido, los chicos juegan, se divierten y la pasan bien hasta que es momento de volver a casa, pero lo que las películas, las adaptaciones y el teatro se ha dejado en el tintero es, ¿quién y qué era realmente Peter Pan? Debo decir que me he llevado una sorpresa enorme al descubrir la verdadera naturaleza de Peter Pan, pues estamos ante un niño que no quiere o no puede crecer, un chico que hará su santa voluntad, pero que en muchas situaciones sigue siendo ingenuo y cándido. Peter es bastante tirano con el resto de sus compañeros, un ejemplo de esto es que a veces anunciaba que comerían comida imaginaria y no dejaba que nadie probara comida real, pues para él la imaginación era suficiente, pese a lo mucho que los demás tuvieran hambre. ¿Es Peter algún niño perdido?, ¿de dónde salió?, ¿quién lo nombró el líder?, ¿a qué se debe su naturaleza?, ni siquiera Peter tiene respuesta a estas cuestiones y en las pocas veces que el libro hace mención de esto Peter intenta alejar sus pensamientos, como si pudiera refugiarse en su ignorancia. ¿Cuáles son los miedos de la infancia?, ¿qué es tan terrorífico acerca de crecer? Estamos ante un cuento de hadas, uno que tiene puntos brillantes y situaciones oscuras, y olvidar, ¡qué fácil es para un niño olvidar!, con el tiempo necesario Peter olvida todo, olvida a los amigos que alguna vez tuvo, olvida que tiene que volver a buscar alguien, olvida que hubo una vez un hada que lo amaba. Sus pasiones son fuertes pero momentáneas, sus afectos no se quedan quietos. Es un ente de la naturaleza, es un niño eterno. Caprichoso pero también seductor, es imposible no quererlo, es imposible no desear consolarlo y contarle cuentos. En definitiva 3.5 estrellas y recuerden, los cuentos de hadas antiguos siempre tienen una parte oscura. |
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