Gabriele vuelve al pueblo tras la muerte de su madre, Greta. La difícil relación con su padre hace complicado el cumplimiento de la última voluntad de Greta. Lo que más me ha gustado: la dulzura de los personajes secundarios, como describe la vida en un pequeño pueblo castellano y sus gentes, y cómo Sandra Barneda habla sobre como se vive la homosexualidad en ese pequeño pueblo. Lo que menos me ha gustado: la historia me ha parecido demasiado lineal y sencilla, con pocas sorpresas. Mi mente desconectaba alguna vez de la trama. El principio me había parecido emocionante e interesante pero poco a poco va perdiendo fuelle. |