La sexta trampa

Esta tercera parte de la saga es muy psicológica, el autor juega con nosotros como lo hace con los propios personajes del libro, llevándonos desde un extremo al otro y creándonos millones de dudas.
Sam Porter continua detrás de Anson Bishop, entre Carolina del Sur y Chicago van apareciendo nuevos muertos, un virus peligroso suelto en un hospital y muchas verdades que todavía quedan por salir a la luz.
Los detectives Claire y Nash hacen lo que pueden pero están muy limitados. El agente del FBI Frank Poole es lo más cerca que Porter tiene como colaborador ahora que lo persigue todos los cuerpo de seguridad del estado.
Porter ha entrado en el juego de Bishop sin pararse a pensar y eso ha jugado más en su contra que ninguna otra cosa.

Como he dicho antes, la novela se complica del todo y si ya en la anterior se demostró que no te podías fiar completamente de los que aparecía en los diarios, en este libro no puedes fiarte ni de tu sombra.
Más muertes, desapariciones, conspiraciones, una investigación interminable, falsas acusaciones e infinidad de problemas más tendrán que sortear los protagonistas para desvelar la autentica verdad, que al final solo servirá para dejarnos a nosotros la cabeza tranquila.
Es una trama compleja, que abarca muchos personajes nuevos y antiguos, pero eso no hace dificil la lectura, lo que la entorpece un poco son los círculos que da sobre si mismos y toda la conclusión final que hay al terminar el caso. Que con todo deja un re gustillo agridulce.
Pero ha sido una muy buena novela psicológica y una increíble saga.