Sam Porter vuelve a enfrentarse a uno de los casos más difíciles de su trayectoria. A medida que Porter y su equipo profundizan en la investigación, se ven envueltos en un juego mortal de gato y ratón donde cada giro revela una verdad más inquietante que la anterior. No voy a desvelar nada más de la trama, pues al ser una continuación, sería spoiler. Como es costumbre en el autor, teje una narrativa llena de suspense y tensión, manteniendo al lector en vilo en cada página. Unos personajes cargados de demonios y motivaciones, lo que agrega capas de complejidad a la trama. A través de flashbacks y revelaciones sorprendentes, teje una red de intriga que te mantendrá especulando hasta el final. Si tuviera que poner un pero, creo que con respecto a El cuarto mono, esta vez lo encuentro sobrecargado de giros, que no han estado mal pero algo predecibles. Solo queda disfrutar de su tercera parte! |