Drácula. El origen

La historia que relata esta novela parte de una premisa bastante prometedora, los apuntes que el mismo Bran Stoker deje plasmados en papel durante la preparación de su obra más conocida y que exalto como pocas el mito del vampiro. La mezcla entre hechos reales de la vida de la familia Stoker, las ocupaciones de cada uno de sus miembros, la débil salud que tuvo Bran de niño, el status social y académico que consiguieron con el paso de los años, se cruza con la fascinación por la oscuridad en la que se va gestando el vampiro literario dando vida a una nueva leyenda de origen no al famoso conde, si no a los eventos que inspiraron a Bran a contar su historia.
Aunque el libro no tiene una mala calidad literaria, no es en si mismo un libro atrapante o brillante, en él no se siente la mano de dos escritores, un autor facilita los datos, el otro estructura la novela. Beben sin medida y con cierto descaro del mito y la fama del autor de Drácula, sin llevar su empresa a buen término.
Logra expandir desde su propia historia el entramado de poderes y facultades del vampiro, estos aportes no logran contrarrestar la sensación de perdida de ritmo, los eventos que incluso no logran encajar dentro de la misma ficción que plantea, tal vez el horizonte erróneo que toma esta historia es el de querer incluir de manera forzosa al la figura de maldad creada por Stoker, dejando a un lado por momentos a la nana quien logra curar la enfermedad de Bran en su niñez, por el contrario se convierte en instrumento para traer al plato la lucha con un vampiro propio de una película de acción.