En cada uno de esos capítulos se remueven tres historias enlazadas entre sí. Va más allá de solo la sangre, sino con las similitudes. Aunque cada una estaba marcada por su personalidad, Barilli logró mostrar en la construcción de los personajes cómo fue posible que el mismo ciclo se repitiera tantas veces. Cada parte tiene un escenario diferente, con años distintos y no se saltó ningún conflicto o contexto político-social en las épocas. La periodista supo escudriñar y exprimir cada detalle, sin importarle lo malo que encontrase. Así como delinear la fina línea entre la redacción periodística y la literaria. Pese a que la historia es profundamente femenina, va más allá. También cuenta la vida de los hombres. No solo son los villanos de la historia. Sino que son un abuelo, un padre divertido, un hombre con problemas de ego. Retrata por qué se convirtieron en ese personaje, en esa persona de la vida real. |