Seda

“Es un dolor extraño... Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca”.

Tan pulcro y elegante como un velo de seda… Éste libro se te deshace entre las manos, te haces uno con él, te fundes en sus páginas para fragmentarte en palabras, en bellas y simples palabras. La pluma de Baricco desdibuja los contornos de la realidad y te sume en una ficción, en una ficción tan real como el amor... como el desamor… como la remembranza… como el olvido… como la obligación… como el anhelo.

Es una bella historia de no más de 130 páginas, que si el autor hubiese querido, probablemente podría haber llegado a hacer de 500, pero ahí está lo magnífico: en la simpleza. Los personajes no están muy desarrollados, las descripciones no son minuciosas, los diálogos son muy cortos, los hechos no siempre tiene que tener un porqué, etc., pero eso es lo que abastece al lector, ésa magia de Baricco para crear con tal simplicidad un ambiente tan humano y enternecedor. Un entorno de irregularidades y baches, de engaños y falsedades; de una vida… un espectáculo, por momentos espléndido, por momentos miserable.

Es una historia que te deja incógnitas que tan sólo tú, interiormente lograrás resolver. Yo aún no he hallado la respuesta a ninguna, pero algún día, estoy seguro de que lo haré.
Es una historia que al concluir, te deja pensando. Plasma un sentimiento, como el propio autor dice, indescriptible. Un sentimiento que se llega a comprender cuando se leen sus páginas, pero que es inexplicable, por lo que no me voy a molestar en tratar de hacerlo e insto a leerlas para descubrirlo.

Para mí, “Seda” ha sido magia. Una obra maestra a partir de una historia sencilla. Una obra fascinante. Una obra limpia. Una obra… humana.