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Nos cuenta los viajes a Japón de Hervé Joncourt, qué se dedica a la cría de gusanos de seda para fabricar seda. En su pueblo Lavillededieu, Francia, Joncourt y su amigo comparten sus ideas sobre la seda y muchos adinerados entran en el negocio. Cada vez se van construyendo más talleres textiles donde se hila la seda y prospera el negocio para todos. Hervé que lleva una vida monótona, tranquila, a raíz de una epidemia de los gusanos, se verá obligado a buscar otros proveedores de gusanos de seda, e iniciará un largo viaje a Japón, que recientemente abría sus fronteras al comercio. Cambiará su forma de ver la vida, allí se enamorará perdidamente, en secreto de una muchacha. Esa muchacha le entregará al final de su estancia, un papel plegado en cuatro “Vuelve o moriré “. Con ella descubrirá los secretos del placer oriental, tan exóticos, que hace que Hervé vuelva una y otra vez a Japón a vivir esa pasión. Su mujer encuentra el papel y haciéndose pasar por la muchacha japonesa, le escribe una carta de siete folios explicándole lo mucho que sintió con él. Una descripción preciosa y sensual del acto en sí. Él no descubrirá el engaño hasta varios meses después de morir su esposa. En su último viaje a Japón, las cosas han cambiado por la guerra y Hervé apenas verá a la muchacha. El marido de la muchacha ya no le hospeda, ni le mira, como en sus anteriores viajes, en que era agasajado con todo tipo de manjares y cuidados. Por lo que, al volver, de su último viaje se encierra en su mundo de nuevo, sólo viviendo con la comodidad de un buen estatus social. Y hasta el fin de sus días, evocará en su corazón su amor secreto, el de esa muchacha que le enseñó un amor exótico, diferente, suave como la seda. Podríamos decir que es una historia de amor, pero lo importante es como te traslada a las costumbres niponas sin haber ido jamás. Es una narración concisa, muy rápida en la lectura, por el formato de capítulos cortos, con un lenguaje bello, sensorial: sientes como si estuvieras tocando seda al leerlo, una joya de libro. |
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