Una historia breve pero intensa. Cortos capítulos relatados con verdadera exquisitez. La sensación general ha sido la de haber leído una leyenda narrada de una forma muy poética. Un relato que te hará viajar a Japón para ser testigo de un enamoramiento casi prohibido. No puedo contar más porque realmente la esencia radica en la narrativa. No se trata de una novela con grandes acontecimientos, la propia palabra escrita es el suceso destacable en sí. Ahora bien, un final que sí puede resaltarse. Sin apenas diálogos y en tan solo 125 páginas, el autor consigue hacer aflorar diversas sensaciones en el lector. “Era por lo demás, uno de esos hombres que prefieren asistir a su propia vida y consideran improcedente cualquier aspiración a vivirla”. “Hay personas que contemplan su destino de la misma forma en que la mayoría acostumbra a contemplar un día de lluvia”. |