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Llegué a esta lectura por casualidad y sin haber leído nada de la autora, ni siquiera su famosa trilogía de Sombra y Hueso. El comienzo es un poco complicado ya que nos presenta un sinfín de lugares, nombres y personajes, pero a mí ya me atrapó ese oscuro mundo mágico que empezaba a entreverse. Los capítulos van alternando la narración desde el punto de vista de ambos protagonistas, y aunque reconozco que quedé prendada desde el minuto cero de Darlington y me costó un poco más cogerle cariño a Alex, no tuve en ningún momento ese deseo de terminar un capítulo para volver a meterme en la mente del otro. Había leído alguna crítica que le achacaba que disfrazaba con magia y hechicería una novela negra con una trama en la que importa bastante poco lo que sucedía con la muerta. Y quizás tengan razón, pero es que ese mundo me ha fascinado tanto que el hilo conductor pasó a un segundo plano, interesándome más cómo se iba a realizar el siguiente rito, qué podía hacer ese artilugio aparentemente normal o los secretos que ocultaban las Casas y los protagonistas. También agradezco el tono adulto de la novela; disfruto mucho leyendo fantasía juvenil, pero me gustó ese enfoque más maduro y me sorprendió la crudeza de algunos pasajes, pese a que quizás a algunas personas les puedan resultar desagradables El desenlace es de lo que menos me gustó, me pareció un poco sacado de la manga aunque reconozco que soy pésima adivinando asesinxs. Aún así, para mi no ensombreció en absoluto la sensación que me había dejado el resto de la novela. |
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