Muerte en Santa Rita

Barceló sabe cómo situarnos: estamos en el Mediterráneo y es primavera, se respira, se siente, se saborea, entre colores y sonidos nos describe la vida y milagro en la idílica “Santa Rita” antes balneario después psiquiátrico, institución donde se trataba la tan peligrosa histeria femenina y ahora comunidad donde todos viven felices y en armonía. A medida que avanzamos en la lectura nos percatamos que “Santa Rita”, más que cualquier cosa, es un concepto.
Conocemos a Sophie, que es el alma de esta historia, la araña, como mejor se define ella misma, una peculiar escritora nonagenaria cuya vida da para un libro entero…
Candy, asistente personas y brazo ejecutor de Sophie, de carácter fuerte, reservado, intransigente, muy ella misma, fiel amiga sobre todas las cosas.
Robles, un comisario retirado, pero una vez policía, se es para toda la vida, deformación profesional se diría. A sus 60 y tantos, aún se conserva la fortaleza de mente y de cuerpo de la joventud, Robles ama Santa Rita, es su hogar después de tanto tiempo sin pertenecer a algo, a alguien.
Greta, mujer madura, un poco falto de ese brillo que da el carácter, sobrina de Sophie, después de toda una vida regresa a “La Casa' las Locas” (Santa Rita) lamiéndose las heridas de una separación, entre recuerdos traumáticos y dolorosos del pasado y un presente incierto, espera recuperar la paz al abrigo de la única familia viva que le queda.
Otras personas entran y salen de estas páginas, con sus historias, sus vivencias y su realidad, el hilo conductor es la comunidad de Santa Rita y lo que ella representa, un hogar, estabilidad, amparo, prosperidad, el remedio a la soledad.
Cuando un desalmado Moncho, antiguo amante de Sophie, llega a Santa Rita con planes que pueden llegar a desestabilizar la paz y armonía que se respira, la rueda del destino se pone en movimiento y es implacable.
Un crimen, alguien que está mejor muerto que vivo, sobrevivientes, amores, celos, venganza, odios, remordimientos, desconfianzas, de todo esto leemos, muy bien orquestado.
Exquisitamente escrita y con unos paisajes que cortan la respiración, esta novela no me llegó, una lástima porque tenía todos los ingredientes, se queda en monólogos profundos, en incertidumbres, es bastante predecible, no debela misterios, es como la antesala de algo más que nunca llega.