Eva Baltasar te envuelve con su escritura llena de poesía, con unas descripciones maravillosas de los sentimientos y emociones de la protagonista de su historia, ya lo hizo con su primera novela, Permagel, y lo ha vuelto a hacer con esta segunda. Una mujer independiente, que gusta de la soledad, se encuentra bien en su mundo interior que ha hecho a su medida. Trabaja en un buque mercante como cocinera, no necesita más; baja del barco en algún puerto en busca de una compañía que la haga sentir viva, sin ataduras, sin compromisos. Conoce a Samsa, una mujer escandinava que la enamora, se sienten bien juntas, empiezan una relación más o menos estable, se ven cada vez que el barco vuelve a puerto. Un día Samsa le dice que se va, que vuelve a su país, a Noruega. Ella lo deja todo atrás y la sigue, se adapta a todo por amor, pero se siente bien. Después de años de convivencia Samsa decide ser madre y empieza el proceso. Ella se siente fuera de lugar, se siente excluida, más aún cuando nace la niña; la relación que se establece entre madre e hija es tan fuerte e interdependiente que no hay lugar para ella... Debe replantearse su vida y su relación... Esta es una historia muy íntima, contada en primera persona, con profusión de sentimientos y emociones bellamente descritos, una lectura muy emotiva. |