Otro país

Esta novela transcurre en su mayoría en New York, que es un personaje más, y explora las tensiones raciales, sociales y sexuales que existían en la escena artística y liberal de aquel momento. La mayoría de los personajes son blancos, y su punto de conexión es su relación con Rufus, un joven músico negro torturado por haberle arruinado la vida a su novia blanca hasta llevarla literalmente al manicomio, que al comienzo de la novela está en situación de calle y prostituyéndose para sobrevivir. La tragedia de Rufus es la excusa para indagar en la situación de la comunidad negra, pero también en la forma que tienen los blancos que se creen progresistas de plantarse frente a esa situación y sincerarse con respecto a sus sentimientos de miedo, de culpa, de indiferencia o de rechazo.

En esta obra Baldwin aborda la cuestión racial, pero también de manera muy valiente para esa época, la homosexualidad o la bisexualidad, no como preferencia sexual, sino como cuestión identitaria. Esa franqueza le valió que la novela fuese muy censurada en varios lugares del mundo. Baldwin estaba muy influenciado por el existencialismo francés, y eso es evidente en una novela donde lo racial y lo sexual se inscriben en las grandes preguntas por el sentido de la existencia, la identidad y la relación con los otros seres humanos. Eso la hace muy universal.

Me pareció muy interesante cómo Baldwin escapa a los estereotipos mostrándonos personajes con muchas aristas. Los dos personajes negros blanden su condición racial para decir que el mundo está en deuda con ellos, pero sus acciones a veces son de un egoísmo poco justificable pero que también proviene de sus inseguridades por haber sido marcados como “inferiores”.

Los personajes blancos, por otra parte, oscilan entre la solidaridad y otros sentimientos menos positivos. Me pareció clave la escena en que dos personajes blancos concurren a Harlem a un funeral. Cass, un personaje femenino con ribetes de Madame Bovary, debe comprar un sombrero porque olvidó el suyo y se siente amenazada por ser una blanca caminando en ese barrio, pero también siente culpa por sentirse así. Vivaldo, por otra parte, señala que a él le ocurrieron las mismas desgracias que al muerto y nadie le tiene la misma lástima, a lo cual Cass le responde “Pero a ti no te ocurrieron PORQUE eras blanco. Solo te ocurrieron. Pero lo que ocurre aquí ocurre PORQUE son de color. Y eso hace la diferencia.” Me pareció una reflexión interesante para pensar en comentarios como “pero también hay mujeres que matan hombres”.

En conclusión, me pareció una novela profunda y provocadora, si bien la primera parte me gustó más que la segunda.