La villa bajo el acantilado nutría mi estómago y llenaba de sueños mi cabeza. Apenas podía pensar en otra cosa que no fuera abrir uno de sus libros.
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La villa bajo el acantilado nutría mi estómago y llenaba de sueños mi cabeza. Apenas podía pensar en otra cosa que no fuera abrir uno de sus libros.
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—Y yo ayudé a romperla —afirmé decepcionado—. Hay memorias que no merecen ser leídas. —No te atormentes. Todo está escrito. Es preciso recordar. |
Entonces lo abrí y ocurrió algo sorprendente. Al hacerlo por la primera página, una letra argentada fue apareciendo. Me resultó tan absurdo como insólito, pues los símbolos brotaban tal si alguien estuviese escribiendo en ese mismo instante.
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Todo el mundo hablaba de ella como una villa extraordinaria. Sin embargo, nadie la había visitado. Y como mis ojos son más atrevidos que los oídos que poseo, me lancé a verla por mí mismo.
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Todo el mundo hablaba de ella como una villa extraordinaria. Sin embargo, nadie la había visitado. Y como mis ojos son más atrevidos que los oídos que poseo, me lancé a verla por mí mismo.
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No te atormentes. Todo está escrito. Es preciso recordar.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?