Sin duda, Orgullo y prejuicio sigue provocándome lo mismo que me produjo la primera vez que lo leí. La historia me sigue cautivando, pero destaco ese humor sarcástico que tienen algunos de sus personajes. Me he reído, me he emocionado y he disfrutado de cada capítulo. Ya he perdido la cuenta de cuántas veces lo he leído (la última en 2016), pero estoy convencida de que, pasarán algunos años y volveré a cogerlo. |