La abadía de Northanger

No es la mejor novela de Jane Austen, pero tampoco es de las peores.
En ella nos encontramos a una Catherine de 17 años que le encanta leer e imaginarse princesas en castillos, fantasmas en abadías abandonadas y todo tipo de fantasías. Vive en un pueblito tranquilo con sus nueve hermanos y sus padres. Ella nunca pensó ser la heroína de un libro, pero sin quererlo se va a convertir en una. Un día la invitan a Bath a pasar varias semanas. Allí por primera vez se codea con la sociedad de verdad. Ella no tiene mucha idea de como desenvolverse en esos ambientes. Además es muy inocente. En Bath se hace amiga de los Thorpe, que están ligados en amistad por su hermano James. Pero ella de casualidad ha conocido a los Tilney y se ha enamorado de Henry, pero él no parece sentir lo mismo que ella.
Como siempre en los libros de Austen, las cosas se lían de mala manera. Catherine termina invitada a la abadía Northanger, allí se deja llevar por su imaginación infantil viendo cosas que no existen. Y por las circunstancias se ve obligada a madurar un poco de forma brusca.
Y después de todo el lío se resuelve la situación favorablemente.
Lo más importante de esta novela es la evolución de Catherine, la hipocresía de la sociedad y no creer todo lo que se dice.
Austen vuelve a repetir varios tipos de personajes, el dominante, la que no se entera de nada y solo le interesa la moda y los bailes, los falsos amigos, entre otros.
Es bastante sencilla de leer y una vez dentro se puede llegar a leer por largo tiempo.
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