Farewell, my dear Cramer 7

Último número del spokon femenino del momento, que nos ha hecho disfrutar siguiendo a las Warabi en su progresión hacia convertirse en uno de los mejores equipos de Japón.

Este tomo comienza con una reflexión sobre el último partido jugado, en el que las Warabi perdieron contra el equipo del Instituto Korenkan. Nomi, segunda entrenadora y ex jugadora, echa la culpa a Fukatsu, aka “el ojeras” (el primer entrenador), por no haber hecho su trabajo, porque él es capaz de ver los fallos y saber qué habría que mejorar pero no ha sabido transmitirlo a las chicas a tiempo, es decir, podrían haber ganado ese partido si se hubiera tomado su trabajo en serio. Es entonces cuando vemos un cambio en él, se vuelve más comunicativo y decide organizar un campamento veraniego en el que el equipo se prepare para el campeonato de Saitama.

El campamento se celebra en un templo que resulta estar regentado por el padre de Sumire (para sorpresa de todos, puesto que nadie sabía que su padre era monje). Durante el tiempo que pasan allí el entrenador les enseña una nueva táctica de juego en equipo teniendo en cuenta sus cualidades, el gegenpressing, que consiste en mantener un área de juego compacta lo más cerca posible de la portería contraria. Las jugadoras a nivel individual y el grupo mejoran a pasos agigantados, pero el primer partido del campeonato lo perderán porque aún están poniendo en práctica lo aprendido y esta táctica tiene el problema de que el área propia queda casi vacía y si el equipo contrario consigue sacar el balón del área de juego es fácil que anoten gol.

Pero en los siguientes partidos la estrategia sí que funciona y consiguen ir ganando a los mejores equipos del país, candidatos para el campeonato oficial nacional. A los entrenadores les sorprende incluso ver cómo mejoran a medida que van poniendo en práctica la nueva técnica, cosa de la que también se darán cuenta las jugadoras de equipos contrarios como las del Instituto Urawa Hosei contra las que perdieron hace unos cuántos tomos y con las que se enfrentarán en el último partido clasificatorio.

Me ha gustado mucho este tomo como cierre porque, aunque deje abierta la historia y no sepamos si las Warabi se clasificarán o no, sí que se puede echar la vista atrás y ver cómo han evolucionado desde el comienzo, cómo la motivación ha ido a más y cómo se complementan unas a otras con su juego, todo ello sin perder el sentido del humor que ha caracterizado la serie desde el principio. ¡Muy recomendable!