Susurros Rotos: Mafia Romance: 2

La Bratva está en guerra contra la mafia italiana y necesitan ponerle fin… Así que arreglan un matrimonio entre Mikhail, el carnicero de la Bratva y Bianca, hija del capo italiano en chicago.

A los ojos de Mikhail, ella es tan bella que no merece estar con un monstruo como él, ya que tiene un parche en el ojo y mitad de su cuerpo lleno de cicatrices. Lo que no entiende es como poco a poco Bianca irá enamorándose perdidamente de este rudo asesino, aunque él ya estuviese enamorado de ella incluso antes de ese matrimonio…

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Como su antecesor, este libro es muy rápido de leer, todo sucede muy deprisa incluso los miedos se superan en sus abrir y cerrar de ojos y los enamoramientos suceden en un suspiro. Personalmente me ha gustado mucho más este que el anterior porque a pesar de su rapidez, me ha parecido mucho más creíble, mucho más “humano”.
Sus escenas spicy no te dejaran indiferente, ya que son un poco mejores que en el primer libro.
Es increíble lo rápido que esta saga llega a enganchar al lector.

Quedé enamorada de Mikhail y Bianca, me gusta la idea de protagonistas no tan "perfectos", el despiadado y desfigurado carnicero de la Bratva y la hija de un capo de la mafia italiana que tiene una discapacidad del habla. Fue muy entretenido leer como se desarrolló la historia entre ellos dos y prácticamente devoré el libro y es que si algo se puede destacar de este libro es precisamente el romance ya que en cuanto la parte de acción/ drama entre mafias si me quedó a deber, si hay si no mal recuerdo 3 escenas relativas a la mafia, pero honestamente fue relleno. Esta historia me gustó más que el primer libro y me hubiera encantado fuera un libro más extenso solo para averiguar más sobre esta dinámica familiar que tenían estos personajes.

El segundo libro de está saga de romance obscuro.
Está pareja me gustó mucho, ambos se complementan muy bien. Me dió risa la parte donde preguntan quién quiere casarse con la chica. La unión de las mafias italiana y rusa mediante matrimonio para según llevarse bien nunca funcionan porque por lo regular en casa a las hijas las tratan mal y prefieren estar donde las quieren tanto que matarían por ellas.