Delitos de familia

Hoy os traigo una reseña que he leído gracias a @motusthriller y su iniciativa #embajadormotus, que desgraciadamente se me acaba a final de año.
Cuando vi en su catálogo este libro, que además había ganado el Glass Key (premio a la mejor novela policiaca nórdica), sabía que me iba a gustar.
Una novela nórdica al uso, y de las que hacía tiempo que no leía. LIBRAZO.
Una trama absorbente, con una desaparición pasada y un asesinato presente. Nada de flashbacks. A través de la investigación del caso actual iremos conociendo a los diferentes personajes y su vinculación con la desaparición del pasado.
Unos personajes bien definidos, sin “taritas” los investigadores,… y aunque no se les conoce a fondo, sí se sabe de ellos lo suficiente como para poder empatizar con ellos.
Una investigación policial que me ha gustado. Interrogatorios oficiales y no tan oficiales. Papeles llenos de polvo recuperados. Restos humanos, y otros no tan humanos. Policías que hacen bien su trabajo, y otros que no tanto. Pistas que te llevan a descubrir quién está detrás de todo, o no… yo he estado perdido todo el libro, para variar. Cuanto más sabia de la historia y de los personajes, más perdido estaba y más teorías lanzaba al aire.

“Delitos de familia” es la primera entrega de la serie de Nordic Noir “Costa Alta”, con la que su autora ganó el premio de Novela Policíaca Sueca del Año. Como fan del género que soy, y con ese antecedente, tenía que leerla sí o sí. En ella nos encontramos una mezcla de elementos de distintos géneros, desde el procedimental policial clásico hasta el thriller psicológico, poniendo especial atención en el desarrollo de los personajes.

Olof Hagström vuelve a la casa familiar después de años sin tener relación con su padre Sven. A su llegada le encontrará muerto en la bañera. Olof dejó el pueblo hace más de veinte años tras ser acusado de la violación y desaparición de una chica, por lo que la comunidad no tardará en señalarle como culpable de esta nueva muerte. Eira Sjödin, una joven policía con apenas experiencia en casos complejos, participará en una investigación que pronto planteará dudas acerca de la culpabilidad de Olof en el antiguo caso.

Eira es un personaje muy interesante. Su falta de experiencia no es obstáculo para que se implique al 200% en la investigación. Sus problemas familiares, una madre con síntomas de demencia y un hermano con problemas de drogas con el que apenas mantiene relación, sirven para humanizar el personaje haciendo que, a pesar de que algunas de sus decisiones pueden resultar un poco incomprensibles, el lector termine sintiendo simpatía por ella.

El personaje de Olof también está bien resuelto, a pesar de no tener tanto protagonismo. Incluso él mismo dudará de qué pasó veinte años atrás, y si realmente tuvo algo que ver en el crimen del que se le acusó. Los flashbacks al pasado resultan de lo más esclarecedores para ayudar al lector a tratar de descubrir qué ocurrió realmente.

La atmósfera es otro de los puntos fuertes de la novela. Ese ambiente atrayente pero a la vez oscuro y asfixiante, presente por lo general en las novelas de este género, está muy bien conseguido. El mostrar la podredumbre que se puede llegar a esconder debajo de un entorno idílico siempre resulta mucho más impactante que cuando esto mismo ocurre en un ambiente deprimido.

Lo que en principio parece una investigación única, pronto se desdoblará en dos líneas y me ha gustado cómo, a pesar de ser las dos parte de un todo, han tenido resoluciones independientes, haciendo que cuando creía saber cómo se iban a desarrollar los acontecimientos, la historia diese un giro.

La novela tiene un ritmo muy pausado, especialmente al comienzo, lo que hizo que me costase un poco entrar en la historia. También influyó en cierto modo el estilo, pero no sé hasta qué punto esto pudo ser cosa de la traducción. Otra de las cuestiones que me generó ciertos problemas fue la gran cantidad de policías que participan en el caso. Quitando un par de ellos, el resto apenas están desarrollados, y terminé el libros sin tener claro quién era compañero de quién y en qué cuerpo o en qué ciudad trabajaba cada uno. La resolución final me la olí desde poco más de la mitad de la historia, por lo que fue una ligera decepción.

Con la enorme carga que supone mantener ciertos secretos, y el impacto que esto puede tener tanto en la vida del individuo como de la comunidad en la que vive como tema principal, “Delitos de familia” tiene los elementos necesarios para atraer a los fans del Nordic Noir y permitir desarrollar una serie de novelas a las que seguir la pista.

En esta época del año es raro que no lea alguna novela nórdica. Pienso que los paisajes son muy importantes en la novela y en la novela nórdica se lo toman muy en serio, pues se convierten necesariamente en protagonistas indiscutibles de las tramas. Pero no solo eso, sino que la meteorología como su paisaje de costa y un tipo de gente con un carácter especial hacen posible que la mezcla se convierta en un acierto seguro en este tio de novelas.

Olof vuelve a casa. Después de veinte años regresa a su casa de la infancia sobre la colina. Un perro comienza a ladrar como un loco dentro de la casa. Está encerrado en la cocina. Pero, ¿por qué? Dentro, en el baño, yace una persona; su padre. Olof Hagström cometió hace veinte años un delito grave pero no fue juzgado. Era menor de edad. Tenía solo catorce años. A su regreso se vuelven a abrir viejas heridas en el pueblo. Los vecinos comienzan a recordar el pasado a pesar de que ellos mismos también tienen algo de ocultar.

Suecia, lugar en el que se desarrolla esta novela, tiene todo lo que un lector de novela negra necesita: mar, acantilados, bosques, senderos, tormentas, granjas, aserraderos o casas de madera a lo largo de la bahía. Se trata de una historia muy audiovisual donde el paisaje cobra la máxima expresión. 𝑯𝒂𝒚 𝒄𝒊𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒍𝒖𝒛, 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒈𝒊𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒃𝒐𝒔𝒒𝒖𝒆𝒔, 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒊𝒏𝒎𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒚𝒆𝒄𝒕𝒂𝒏.

Por otro lado, en "Delitos de familia" 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂 𝒚 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒄𝒐𝒏𝒗𝒊𝒗𝒆𝒏 𝒚 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒑𝒆𝒍𝒊𝒈𝒓𝒐 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒎𝒃𝒐𝒔 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒆𝒍 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒅𝒂ñ𝒐. Además, 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒂𝒏𝒈𝒖𝒔𝒕𝒊𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒂𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒑𝒖𝒆𝒃𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒓𝒅𝒂𝒓 𝒖𝒏 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒂𝒄𝒆 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒔𝒖𝒑𝒆𝒓𝒇𝒊𝒄𝒊𝒆 puesto que 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒖𝒏𝒅𝒆 𝒚 𝒆𝒏𝒈𝒂ñ𝒂.

Eira Sjodin, detective de policía, junto con su equipo tiene que ponerse manos a la obra para examinar todas las pistas de nuevo tras el hallazgo del cadáver del padre de Olof Hagström. Se abren nuevas vías en una antigua investigación que había sido enterrada hacía mucho tiempo, se examinan los patrones de comportamiento, entran en juego las diferentes versiones de los vecinos y supuestos implicados.

𝑴𝒊𝒔 𝒊𝒎𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔: Intenté zambullierme en lo cotidiano, en la frescura y la vida de Suecia, en sus costumbres y su manera de ver la vida asociada a la naturaleza tan presente en su día a día. Incoscientemente me fui abriendo paso a una novela totalmente atmosférica. Me encanta el paisaje de los países nórdicos. El silencio y esa soledad sueca me parecen muy apropiadas para una novela negra. Además, las zonas más despobladas y diseminadas a lo largo de la bahía o las zonas rurales con gente común y ordinaria son las más peligrosas, ¿no creen?

Debo deciros que hubo momentos en los que caí en la monotonía de la narración pero es cierto que la historia creció y creció hasta llenar, en su parte final, todo mi atención.

Es un libro recomendable para amantes de este género
Enlace: https://www.yoleonovela.com/..

Viajamos a Kramfords (Suecia) para conocer a nuestra protagonista Eira Sjödin. Mujer policía, se verá envuelta en una investigación que le traerá recuerdos de su vida que preferiría olvidar.

Cuando ella tenía nueve años Olof Hagström de catorce fue declarado culpable de violar y asesinar a una niña del pueblo. Por su edad, cumplió sentencia en un reformatorio donde ni siquiera su familia fue a visitarle.

Veinte años después regresa al pueblo. Un perro aterrado, un hedor terrible, agua estancada en el suelo y a su padre asesinado en la ducha.

La ambientación y las descripciones de la autora son un punto fuerte de esta novela.

Los personajes están bien construidos en especial Eira. Además de su trabajo en la policía se ocupa de su madre, la cual padece alzheimer, una enfermedad con la que ambas luchan cada día.

La trama es muy entretenida, conocemos a muchos personajes que aportarán contenido esencial a la historia. Todos los vecinos tienen algo que ocultar y un motivo para mantenerse en silencio.

Cuenta con giros que me han gustado y algunas partes duras pero sin excesivas descripciones.

Con respecto al final aunque sea previsible considero que es el que mejor encaja.

El epílogo me ha sorprendido mucho ya que la autora cuenta que hay partes del libro inspiradas en hechos reales.

Un libro que he disfrutado y sin duda seguiré la pista de la autora.

Una atmósfera nórdica inquietante, oscura, cargada de personajes convincentes y secretos. Una detective dispuesta a todo por dar con la verdad.

Esta novela es un noire sueco y tiene todo lo bueno que suele tener este subgénero. La historia empieza lenta y reconozco que al comienzo me ha costado seguir el hilo por el ritmo pausado y los nombres de los personajes, muy raros de pronunciar. al avanzar en la historia todo cambia, se acelera la lectura y empieza la parte con más salseo. La obra es el primer libro de una trilogía llamada “Costa Alta”, de ahí que todo el inicio tenga esa pausa que he comentado.

Me ha gustado el estilo de la autora y me ha gustado la detective Eira, una chica normal, sin traumas ni estereotipos ni clichés, con un juicio real sobre el caso y con dos dedos de frente. La trama engancha, tiene sus giros, su parte de dudosas pistas y aunque veas venir lo que se cuece, disfrutas con su lectura, es agradable. En cada parte la información va sumando, un puzzle que se va completando poco a poco, comedido pero con buena construcción.

Si os gustan las novelas suecas os lo recomiendo mucho.