Supongo que en la crítica de este libro todos coincidimos. Reconozco que con este libro lloré muchísimo, aunque no con el que más. Recuerdo que me lo acabé en un viaje de tren, pero no me dio vergüenza llorar delante del resto de viajeros desconocidos para mi. Con este libro, la autora se abre completamente, se sincera y hace un repaso inevitable de su vida, algo lógico cuando ves que una parte de ti se está yendo sin remedio. Un cúmulo de recuerdos y sentimientos en estado puro, todo ello narrado con una sencillez que todavía le da más valor al talento de la escritora. Lógicamente, te afecta emocionalmente porque sabes que lo narrado no es fruto de su imaginación, sino que es una narración autobiográfica. No puedo añadir nada más. |