La casa de los espíritus

La primera vez que tuve conocimiento de esta novela fue cuando cursé la secundaria donde la maestra de Español nos hacía leerlo cada clase. El curso no alcanzó para leerlo todo y, a pesar de que me estaba gustando, lo dejé. Hoy, 10 años después, lo he terminado y definitivamente mi entendimiento de la historia es totalmente diferente.

Un aspecto que se me hace espectacular es cómo vamos siendo testigos del paso de varias generaciones de la familia, desde los abuelos Severo y Nívea, hasta llegar a la nieta Alba, donde al mismo tiempo convergen toda una serie de acontecimientos políticos y sociales como la llegada del comunismo a América Latina y la instalación de regímenes autoritarios de derecha para evitar la propagación del pensamiento.

Además, la narrativa es muy fluida y sencilla pero con un excelente encanto. Solamente hay algunas escenas que para mí son excesivamente detalladas o reflexivas sin embargo son mínimas, la historia se va muy rápido.
Me sorprende la cantidad de historias y elementos que plasma la autora, ocurre una infinidad de sucesos tipo realismo mágico, un elemento muy simbólico ya de la literatura latinoamericana donde se necesita mucha imaginación para no perder el hilo de la trama.

Respecto a los personajes, es muy probable que uno de los protagonistas llamado Esteban Trueba genere coraje e impotencia, esto por su machismo, ideas conservadoras y que usa la violencia como único método para conseguir las cosas, características totalmente contrarias respecto a Clara, que es muy amorosa, tranquila y gusta de apoyar a los pobres.

En esta novela hay de todo: amor, odio, alegrías, tristezas, política, realismo mágico. Es un gran conglomerado de sensaciones y momentos que catalogaría yo como uno de los libros obligados para leer en la vida de la literatura española.