Aristóteles y Dante se sumergen en las aguas del mundo

- ¿Qué haces con tu tiempo de ocio?
- Pienso en ti.

- ¿ Cuántas batallas tuviste que pelear, papá?
La batalla de mi propio corazón humano contra sí mismo.

A veces el silencio era la única canción que valía la pena cantar.

- ¿Por qué decimos tanto «para siempre»?
- Porque, cuando amabas a alguien, eso es lo que te viene a la mente.
- Cuando pienso en la palabra «amor» … pienso en el nombre Dante.

No fueron las drogan las que lo mataron. Fue esa palabra lo que lo mató. Y esa palabra nos va a matar a todos si no aprendemos a luchar contra ella.
Amarte, Dante, me ayuda a pelear contra esa palabra.

Ya no estoy seguro de estar buscando a mi hermano. Quizá nunca lo hice. Creo que solo estoy tratando de encontrar un trozo de mí que perdí.

Mi madre decía que vivimos nuestras vidas un día a la vez, un momento a la vez. El ahora es la única cosa real. El mañana es sólo una idea.

Eres cada calle que he recorrido. Eres el árbol afuera de mi ventana, eres un gorrión en vuelo. Eres el libro que estoy leyendo. Eres cada poema que jamás haya amado.

Escuché a Dante susurrar un poema: «Oh, amor, seamos fieles el uno al otro… ».
A veces era tan innecesario susurrar las palabras «Te amo» .

La gente no deja a los demás en paz. Ni siquiera pueden vivir y dejar vivir. Solo quieren deshacerse de ti.