Aristóteles y Dante se sumergen en las aguas del mundo

Hay libros que no necesitan secuelas. Sin embargo, ese no es el caso de "Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo".

Este segundo libro continúa con su historia: el último año de instituto, nuevos amigos (esto de incluir más personajes es algo que me ha gustado y que podría haber echado en falta en el primero), la belleza y la fealdad del mundo, la lucha por la visibilización, contra el SIDA y en favor del amor (y no el odio).

Trata temas actuales a pesar de estar ambientado a finales del siglo pasado, por lo que las luchas presentadas siguen siendo de interés. Aunque tal vez esto sea negativo socialmente porque el mundo no ha cambiado tanto como debería en estos años. Tiene mensajes feministas y a favor de los derechos humanos (sin importar tu identidad u orientación sexual).

Es cierto que al principio no me terminó de enganchar y tuve que dejarlo un poco de lado. Sin embargo me leí las últimas 300 páginas en dos días.

Los personajes siguen su desarrollo y evolución con la introspección que ya veíamos en el anterior libro. Como he dicho antes, encontramos nuevos personajes (que algunos no fueran presentados o mencionados en el anterior libro me chirría un poco) y creo que esto le da más consistencia a la historia.
Hay tramas (como la de Bernardo) que por fin se cierran tal y como esperaba.

Recuerdo estar tranquilamente leyendo ante de dormir y decir "un capítulo más" pero ESE CAPÍTULO me dejó en shock. No esperaba para nada lo que pasó y me hizo soltar alguna lagrimilla de ahí en adelante.

Creo que este libro me ha gustado más que el anterior, tal vez porque tiene una perspectiva más amplia y no sólo se fija en Ari y Dante. Tiene mensajes muy buenos y un montón de citas marcables (como el anterior libro).

El libro comienza inmediatamente donde termina el primero, donde los protagonistas conversan lo que se les vendrá por delante, confiesan sus sueños y temores, pero sobre todo temores. El enorme miedo que tienen es por ser distintos en un mundo que no los tolera, un mundo que los ha violentado y atacado en más de una ocasión, un mundo intolerante que cada día va generando más rechazo hacia la gente como ellos.

Es esta secuela, la historia no girará en torno a conocer el universo que yace al interior de cada uno, sino que tendrán que sumergirse en las profundas aguas de un basto mundo desconocido y hostil, a fin de trazar un mapa para los exploradores que serán como ellos.

Tanto Aristóteles como Dante deberán aprender a llevar una relación como la suya en una sociedad que los discrimina, al mismo tiempo que intentarán no perderse en las aguas del otro, administrando sus responsabilidades y pensando en cómo contarles su secreto a su entorno y mantener su relación una vez terminada la secundaria.

Todo esto sucederá mientras a su alrededor ocurre la terrible pandemia del SIDA que azotó al mundo en los años ochenta. La expansión del virus que asesinó a miles de miembros de una comunidad, ya de por sí obligada a arrastrarse por los márgenes de una sociedad y que, posteriormente, ayudó a estigmatizarlos frente a un mundo incapaz de aceptar su disidencia.

Así que Ari y Dante se tienen que volver cartógrafos de un nuevo mundo, trazando un mapa de un país propio, que solo sea suyo, y aunque los dos sabrán que ese país desaparecería, casi tan rápidamente como habría aparecido , tendrían ciudadanía plena en ese país y serían libres de amarse el uno al otro. Juntos así habrían encontrado el lugar al que pertenecían.

En esta secuela veremos a un Ari más maduro, cada vez más hombre y menos niño, que es capaz de enfrentarse a sus peores pesadillas, ponerles remedio y al final tiene la iniciativa de tener ese encuentro deseado que al final conseguirá hacerlo libre.

Cada vez más unido a sus padres, sobre todo a su padre donde iremos viendo cómo poco a poco va soltándose más y habla de sus temores y vivencias donde le explica a su hijo que por ir a una guerra uno no es un héroe, sino una persona, y como persona es sagrada.... pero un acontecimiento acarreará el tener que seguir avanzando por la vida con más pesar, pero donde también aprenderá que pese a todo, la vida está para eso...para ser vivida.

En este libro tomarán más protagonismo sus "amigas", porque al final se convierten en eso, amigas en mayúsculas, esas que estaban ahí pero no de paso, sino que se quedaron para siempre, y consiguen ayudar a Ari y a Dante en sus momentos más duros pero también consiguen que se diviertan, que dejen ya esa soledad autoimpuesta y sean lo que son, chicos normales en una sociedad que piensa que si eres gay no eres un hombre.

Me ha gustado mucho como en esta secuela Aristóteles escribe un diario, dirigido a Dante que le sirve para poder expresar sus sentimientos más íntimos, esos que te desnudan y por eso no quieres compartir con nadie pero también todo aquello que le preocupa, o esos interrogantes que todos tenemos en la cabeza y que a veces no nos dejan en paz hasta que los resolvamos.

Un bonito libro, donde hay muchos momentos de empatía con los protagonistas, que resultan muy tiernos porque al final todos hemos sido adolescentes, hemos tenido dudas, deseos, miedos, inquietudes, el mirar hacia adelante y no saber bien qué es lo que nos depara el futuro pero aún así nos sumergimos en esas aguas, seguimos nadando aunque sea a contracorriente, pero con la convicción de que llegaremos a tierra.

Porque al final, todos somos cartógrafos... todos. Todos queremos escribir nuestros nombres en el mapa del mundo y hacer como Ari y Dante, ir de la mano por el desierto cuyo cielo es estrellado.

Aristóteles y Dante se sumergen en las aguas del mundo es una obra que, una vez superado el desafío inicial de su ritmo, se convierte en un poderoso relato. Me cautivó la forma en que la historia de estos dos jóvenes se desarrolla en los años 80, con una autenticidad y ternura que es difícil de encontrar en otros libros. La manera en que Benjamin Alire Sáenz aborda la relación entre Aristóteles y Dante es simplemente hermosa y conmovedora.

A medida que avanzaba en la lectura, me encontraba emocionalmente involucrado con los personajes y las luchas que enfrentaban en la sociedad y en su propio proceso de crecimiento. Las lágrimas que derramé en diferentes momentos de la historia reflejaron la intensidad de las circunstancias y el profundo afecto que desarrollé hacia Aristóteles y Dante.

Este libro no solo es una historia de amor, sino que también aborda temas importantes y complejos, como la identidad, la familia, la amistad y la aceptación personal. La evolución de los personajes es impresionante, y cada obstáculo que enfrentan en el camino se siente auténtico y realista.

La prosa del autor es excepcional, con una belleza poética que da vida a cada página y te sumerge en las emociones de los protagonistas. La narrativa te atrapa y te hace sentir parte de su mundo, como si fueras un observador silencioso de sus vidas.

le tenía ganas a #AristótelesyDantesesumergenenlasaguasdelmundo y me pudo un poco el hype. Se deja leer, y no es mal libro, pero no es como el primero.

La historia continúa donde la dejó la primera parte, y el estilo es muy parecido, con esas bonitas reflexiones sobre la vida, mensajes llenos de simbolismo sobre la madurez, el amor, y el duelo. Me ha gustado, sobre todo la psicología del protagonista, pero toda la novela parece un relleno muy largo, como si el autor no tuviera muy claro que quería contar. La primera novela era más fresca, menos cargada de paja.

Hay además un par de detalles que a mí me han resultado muy irritantes. Primero, el buenrrollismo extremo de todos los personajes cuando alguien sale del armario. “¿Eres gay? ¡Maravilla! Te aceptamos. ¿Qué hay para cenar?”. Eso no pasa hoy en día, no pasaba hace cuarenta años, y me temo que no pasará nunca. Y segundo (¿spoiler alert?): ese conflicto final que nace de… ¿de ningún sitio? El autor se inventa un problema en las últimas 30 páginas para resolverlo y terminar al estilo comedia romántica (¡Corramos todos al aeropuerto, se va el amor de mi vida!). Meh, poco sentido.

Si os gustó la primera parte, este os entretendrá también. Pero #AristótelesyDantedescubrenlossecretosdeluniverso me ha parecido bastante mejor.

¿Alguien se lo ha leído? ¿Tenéis la misma sensación que yo?
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Es la segunda parte de Aristoteles y Dante descubren los secretos del universo.
La historia sigue a Aristóteles y Dante, mientras navegan por los desafíos de la vida y sus propias identidades en un entorno tejano en la década de los 80. La narración es profundamente emotiva y evoca la lucha de los personajes por comprenderse a sí mismos y el mundo que les rodea, es una conmovedora exploración de la amistad y el descubrimiento de la identidad en la adolescencia.
La prosa de Sáenz te permite sumergirte en las emociones y pensamientos de los personajes. La lectura es ligera ya que los capítulos son cortos.
La relación entre Ari y Dante es el núcleo de la historia, y su desarrollo a lo largo de la trama es sincero y hermoso de presenciar.
El libro aborda temas de identidad sexual, racismo, familia y amor de una manera reflexiva y realista. Los personajes son auténticos, lo que hace que sea fácil empatizar con sus luchas y triunfos.
Este libro ha sido como un abrazo, sin duda lo recomiendo. Eso si, preparar pañuelos