La estrella de Salomón

¿Qué cosa pedirías si pudieras pedir cualquier cosa sabiendo que se va cumplir? ¿Desearías tener el poder de ver cumplido el más insignificante de tus deseos?
Yo crecí conociendo la historia de Midas, pero -por si me fallaba la memoria- Tsviet (un hombre cándido y decente, todo un dechado de virtudes) ha tenido a bien recordármelo en esta fábula que debemos a Kuprín.

¿De qué va la historia?
Un buen hombre que solo ascender en su trabajo de se encuentra con Mefodi Isáievich Tóffel (ese nombre, ese nombre lo dice todo) y una herencia inesperada. A partir de aquí todo se vuelve excesivo y estrambótico. Un tío extraño. Una casa ¿embrujada? Un misterio que desentrañar. Y ¿un montón de casualidades? que coinciden con los deseos del bueno de Tsviet. Si quieres intentar comprenderlo solo tienes que leerlo.

Siempre he tenido una fascinación muy particular por los escritores rusos, tienen una forma de escribir muy de ellos, prolija, deliciosa y entretenida, no importa mucho el género, invariablemente me atrapan.

No había leído nada de este escritor en particular y no me ha defraudado en absoluto, en muy pocas páginas nos relata una historia estilo Fábula, donde al final nos quedan algunas lecciones, la más importante “ten cuidado con lo que deseas”.

Una historia corta, muy entretenida, bien contada, llevada y manejada con tal destreza que cuando te das cuenta lo has terminado y te deja queriendo más.

Me ha encantado, desde la premisa de llegar a tener todo lo que deseas y caer en las mismas redes de tus propios deseos, hasta la profundidad de sus personajes, sencillos en su naturaleza, pero como siempre complejos en la esencia.