Esto no se dice

Esta no es una novela al uso, no es un libro más. Se trata más bien de un valiente testimonio en el que el propio autor nos confiesa que siendo un niño de corta edad ha sido objeto de abusos sexuales y violado por uno de sus profesores, un adulto quien abusando de su relación de confianza, en realidad, destruyó su inocencia.

Alejandro da este importante paso cuando se siente seguro para hacerlo, pero no lo hace desde el rencor o la venganza sino para mostrarnos cómo se sintió él y cómo pueden sentirse las víctimas cuando sufren un hecho tan traumático como el suyo, lo difícil que es seguir adelante con algo así y lo importante es que alguien les apoye en tan duros momentos.

Para el autor un pilar fundamental en su vida ha sido su madre, con quien desde siempre ha mantenido un especial vínculo y cuenta como ella le ayudó de todas las formas posibles. Y Rulfo, su perro, que se convirtió en un ser imprescindible en su vida.

Y, a pesar de la dureza de lo vivido, hay también lugar para la esperanza sin la cual sería muy difícil seguir adelante. Que gracias a la lectura y a su facilidad para crear historias no solo se convirtió en su tabla de salvación sino que contribuyó a transformar su vida.

Esta lectura ha sido un compendio de emociones, que me ha removido y conmovido a la vez y que ha despertado mi admiración por alguien que ha tenido la valentía por abrirse de esta manera con un lenguaje sencillo y tierno pero también claro llamando a las cosas por su nombre, sin florituras.