Sabía que bajo la apariencia civilizada de cada ser humano se ocultaba un monstruo. El mismo llevaba uno dentro.
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Sabía que bajo la apariencia civilizada de cada ser humano se ocultaba un monstruo. El mismo llevaba uno dentro.
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Lo que realmente puede arrastrar a un hombre o a una mujer a convertirse en un monstruo es, precisamente, no ser capaz de dejar de amar.
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Quién era yo es lo de menos. No era nadie. No era nada. Pero estaba a punto de entrometerme en las vidas de otras personas. Esas vidas fueron todas miserables. Y aun así la historia que importa es la suya. La mía no vale nada. Pero la suya, la de ellos… Esa historia es increíble.
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Se apropió de un legado y unos conocimientos que no le pertenecían y los pervirtió. Uno no puede apoderarse sin más de lo que no es suyo y manejarlo a su antojo.
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Quién fuera yo es lo de menos. No era nadie. No era nada. Pero estaba a punto de entrometerme en las vidas de otras personas. Esas vidas fueron todas miserables. Y aun así la historia que importa es la suya. La mía no vale nada. Pero la suya, la de ellos... Esa historia es increíble. Entonces no tenía a quién contársela; por eso la cuento ahora. |
Te escribo estas líneas desde la isla de Santa Elena, a la que hemos llegado hace tan solo unos días. No hay palabras en nuestro idioma para describir la incertidumbre con la que abrí tu carta cuando llegó a mis manos.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?