No se puede robar la belleza del río.
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No se puede robar la belleza del río.
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Canta la ballena gorda, la ballena enamorada. Bajo su cuerpo gigante, corazón de porcelana. |
En ese instante Pablo comprende que las lágrimas también han estado ahí desde el principio de los tiempos, que viajan recorriendo el mundo para convertirse en otras cosas.
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Nadie podía detener el viaje de ese llanto.
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Pablo sabe que el agua del planeta es la misma desde el inicio de los tiempos.
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Marinero en tierra