La viajera de noche

Verse envejecer resulta más doloroso que cuando son otros quienes nos lo senalan. Aunque prefieras no pensar en ello, has iniciado un viaje que te supera, el tiempo del que antes disponías de forma ilimitada se agota inexorablemente y tienes miedo de no emplearlo bien. Eso no significa que no «pierdas el tiempo». Tendemos a creemos muy astutos y aplazamos la posibilidad de vivir plenamente cada instante. Nos robamos la vida a nosotros mismos, sin darnos cuenta de lo que perdemos.

Una sociedad no podría considerarse entera si una de sus partes estuviera excluida.

Nada me puede privar de la esperanza.

La edad no es una excusa, y menos aún una razón para abandonar a los que queremos.

No vale la pena añorar lo que queda lejos y resulta inalcanzable.

Nunca te acostumbras a la edad que tienes. Son los acontecimientos externos los que te obligan a asumirla.

¿Es la vejez el precio que hemos de pagar por haber conocido la belleza de la vida?

La edad es también una experiencia colectiva y generacional.

Un viejo auténtico es el que ha vivido su vida, en tanto que otros se limitan a verla pasar.