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Personalmente me costó posicionarme desde la mirada de adolescente intenso de Elio, porque siento que el libro muestra una de las fantasías más clásicas y estereotipadas donde un adolescente se enamora perdidamente de alguien bastante mayor (que no creo que sea algo que debemos normalizar, pero lo entiendo por la época en donde ocurre la historia). Al principio no enganché con la lectura porque la encontré dispersa, pasional e impulsiva, tipo corriente de la consciencia, pero al fin y al cabo así es la mente adolescente. El último capítulo si me causó mucha tristeza por Elio quién siempre amará incondicionalmente a Oliver a pesar de los años que pasen. Sin embargo, a pesar de que para Oliver la conexión que tuvieron sí fue importante en su momento y lo guarda con cariño en su corazón, es algo que dejó atrás. Por lo que el amor que siente el uno por el otro no es recíproco. Esto nos muestra que las personas van y vienen, nos marcan, pero no significa que estaremos toda la vida con ellas de la manera en que esperamos porque, al fin y al cabo, las decisiones son personales y cada uno/a busca lo que más le haga sentido. |
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