Había visto esta novela rondando por las RRSS y no he oído a nadie decir algo malo de ella. Y es que es muy buena. La manera en la que está escrita te saca una sonrisa, te lleva a tu infancia, y aunque la protagonista de la novela y a mi nos separen bastantes kilómetros, acabé sintiendome identificada. La historia es muy simple, dos niñas que durante el verano caluroso de Tenerife pasan las tardes sin nada más que hacer, que descubriendose a si mismas, jugando con la "geinboi" y pasando el rato. La percepción de la vida desde su punto de vista es entrañable y hay que decirlo duro y grotesco, pero es el encanto de la novela. Muy recomendada.
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