Leer "Panza de burro" ha sido toda una experiencia; unas veces desconcertante y sucia, otras poética, calida y hermosa. Fue el efecto bookstagram el que me animó a leerlo, aunque la portada me llamó la atención desde el principio, y he encontrado una rareza que me ha gustado, pero no tanto como esperaba. . La novela narra el verano de dos amigas de diez años que viven en un pueblo del norte de Tenerife. A través de la narración de una de ellas conoceremos sus día a día, así como las costumbres, supersticiones y forma de ser de los pocos habitantes de ese trocito de isla que para ellas es el mundo entero. . Ya os he dicho que "Panza de Burro" es una rareza y esa rareza radiaca en su lenguaje. Andrea Abreu tira del habla Canaria, para narrar una historia sobre pobreza, el tránsito a la preadolescia, el despertar sexual y la historia de un pueblo. Personalmente me costó sumergirme entre las páginas del libro, pero tambien es cierto que lo terminé totalmente entregada, aunque el final me pareció un tanto precipitado. . El eje de la novela es la relación de amistad de las dos niñas. Una relación de amistad que no viven en igualdad de condiciones; una idolatra a la otra, la siente una prolongación de sí misma y con todo eso es una amistad real. Tan real como los personajes que son, sin duda, el punto más fuerte del libro. Personajes que respiran, que huelen y hasta sería capaz de reconocer su voz si me los cruzará por la calle. . Tengo muy claro que "Panza de burro" no es un libro para todo el mundo, pero merece la pena arriesgarse. Seguiré de cerca a Andrea Abreu porque estoy segura que hará cosas muy interesantes. |