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Casi dos años después de haber leído La voz de las espadas finalmente llegó el momento para ponerme con su segunda parte. No sabía qué esperar del segundo libro de la trilogía, suelen ser libros puente, y el primer libro fue bueno pero una gran introducción. Debo decir que me ha gustado ver más del mundo, conocer más de los monstruos y del pasado, peeeeero hay partes que se me han hecho terriblemente lentas. Si el libro hubiera sido narrado en su totalidad por Glokta y los personajes que están en el norte... me habría encantado. El viaje que llevan a cabo Bayaz, Logen, Jezal, Ferro y compañía se me hizo muuuuuuuy lento, a pesar de que el personaje de Logen me gusta bastante. Como digo, me gustó explorar más el mundo de la primera ley; ver la transformación en alguno de los personajes, sobre todo Luthar porque en el primer libro fue detestable y el de West; seguir viendo las pericias de Glokta (qué maravilla de personaje) y del grupo del Norte que me encantan. Han pasado cosas en esta novela pero no tantas como esperaba en un libro tan extenso y con tantos frentes abiertos y, lo malo o bueno, es que todo queda demasiado abierto en el final. Espero no tardar dos años más en leer el tercer libro y leerlo a principios del 2020.
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