Lo que jode encontrarte un calcetín desparejado

Entré a esta historia sin saber absolutamente nada de lo que me iba a encontrar, sólo segura de que me iba a reír, y vaya si me he reído.
Y como quiero daros la oportunidad de que vosotros también vayáis a ciegas, no os voy a contar nada ni de los personajes ni de la historia.
Lo sé, yo tampoco sé cómo va a salir este experimento, pero vamos a la aventura.

Antes de empezar, esta vez escuché la historia en @stoytel_es y me ha encantado la experiencia, una narración de 10.

Bueno, al lío.

Yo soy de las que hablo con los personajes mientras estoy leyendo, y en esta ocasión os puedo asegurar que menos mal que la escuchaba estando sola o estaría subiendoos esta reseña desde el psiquiátrico. Me he pasado toda la historia: ¿Pero qué haces Andrés? ¿En serio? Ni se te ocurra hacer eso. La vas a liar. La has liado. Andrés que por ahí no es. ¿Pero quieres dejar de pensar? ¿Te lo has pensado bien? A ese plan le veo lagunas Andrés.
Y todo esto con muchas, pero muchas, carcajadas por el medio.

Andrés, el tío al que le he estado gritando, es el protagonista de la historia. Un tío muy majo, al que sigo sin saber si quiero abrazar, pegar, consolar, dar una galleta de la fortuna, una patada o un tranquimazin. Sí, ni yo me entiendo.

Me lo he pasado en grande: me he reído, sorprendido, preocupado, cabreado y vuelto a reír.

Y estaréis pensando: todo eso está muy bien pero ¿cómo me voy a leer una historia que no sé de qué va?
Pues fácil, ¡porque os lo digo yo! ¿de verdad necesitáis algo más?