El título me llamó la atención porque, desde que vino el dichoso virus (y ya van a cumplirse tres añazos), no sé cómo será en otros sititos, pero en mi centro de salud es IMPOSIBLE conseguir cita para el médico. Tienen un teléfono, pero no atiende, vas a ventanilla y te hacen volver por la tarde con un: tú te pones ahí y ya te atenderán. Doy gracias de tener una familia a prueba de microbios y demás, y necesitar al médico de pascuas a ramos (o más), pero e n estos dos años he tenido que usar esa misma frase en un par de ocasiones (una por cada hijo, que ya no son de pediatra). El libro está escrito en primera persona por el autor, un médico de familia, estructurado en capítulos en los que nos cuenta muchas situaciones curiosas que se ha encontrado en distintos lugares mientras ejercía su profesión, desde cuando estudiaba la carrera hasta llegar al centro de salud. Algunas me han hecho mucha gracia, porque algún caso parecido he visto yo en directo, como lo de preguntarle a mi mayor si ha tomado alguna droga y contestarle éste que sí, que “un Paracetamol esta mañana en el desayuno”, con la consiguiente risita del doctor y carcajada mía, por supuesto. La verdad es que somos la leche, al médico le podemos contar nuestros secretos más inconfesables. Me he reído bastante con las ocurrencias de los pacientes. Si tengo que poner un pero, sería en el capítulo de terapias alternativas, porque muchas han demostrado su eficacia y creo la salud siempre debe ir por delante de dinero o intereses farmacéuticos. No es muy largo, se lee de un tirón, las ilustraciones que acompañan a cada capítulo no son nada del otro mundo, pero sí aportan una explosión de color que le viene muy bien. Aunque no esperéis una prosa bella ni diálogos inteligentes, aconsejo su lectura para pasar un rato divertido. + Leer más |
Vivimos bombardeados por mensajes que nos hacen sentir enfermos. Todo lo que nos rodea nos insta a tomar medidas para mejorar nuestra salud, desde los relojes inteligentes, pasando por los anuncios de productos saludables -y no tanto- o los chequeos de salud hasta el propio buscador de Google, a quien consultamos sobre nuestros síntomas aun a riesgo de empeorarlo todo.
La enfermedad vende y, si el precio es que dejes de sentirte sano, lo vas a pagar. ¿Tienen esa capacidad? No lo dudes. La trampa es perfecta: una sociedad que idealiza la salud y, al mismo tiempo, te hace sentir enfermo. ¡Ahora vas y lo gestionas!
El doctor Fernando Fabiani alza la voz contra esta obsesión con la salud perfecta y nos invita a analizar cuánto de verdad y cuánto de negocio hay en cada uno de los mensajes, reclamos y recomendaciones que unos y otros nos aconsejan integrar en nuestro día a día con la excusa de mejorar nuestro bienestar.
¿Estás dispuesto a rebelarte? Tu salud va en ello.
» Suscríbete a este canal aquí: https://www.youtube.com/channel/UCxSTZ- FRpqL2FmAQtWivY9Q?sub_confirmation=1
Conecta conmigo en redes:
Instagram: https://www.instagram.com/atrapalibros.es/
Facebook: https://www.facebook.com/Atrapalibros.es/
Twitter: https://twitter.com/Atrapalibros_es