Tú eres tierra firme

Una historia preciosa y dura, que te hace sentir.❤️

La novela nos sitúa en la isla de Formentera en 1862, con sus agrestes costas, su faro -recién estrenado-, sus casas sencillas y sus habitantes con sus costumbres. A pesar de la buena documentación que tiene, yo no diría que esta ambientación es importante, al menos no la física; la que tiene un peso profundo es la ambientación emocional, la que Maira imprime a las almas de cada uno de los personajes que aparecen, en especial a los protagonistas. Tanto así que, mientras leía, el estilo me recordaba mucho al de los clásicos españoles, Jacinto Benavente o Benito Pérez Galdós.

Desde los primeros capítulos predomina una sensación de angustia vital, tan tangible, que me hacía avanzar despacio para que no se me pegara en el ánimo. Porque la trama de esta historia es la vida misma, la de los habitantes de una pequeña aldea de España en el siglo XIX, la de quienes se conforman con lo que les ha tocado vivir y la de los que se asfixian porque sienten que les han cortado las alas para volar.

Lena representa la lucha de esa época entre el peso del deber y la conciencia y los sueños y deseos más profundos. Pero también representa el miedo y el ansia de seguridad, de algo sólido a lo que aferrarse. Porque a Lena la han abandonado muchas veces, tantas que cree que está maldita, tantas que se le ha olvidado vivir y se limita a existir. Hasta que aparece Arthur.

Arthur llega más muerto que vivo a las costas de Formentera y, desde el primer momento, se aferra a Lena como a una tabla de salvación. La necesita para no volverse loco por todo lo que acaba de perder, por lo que tiene y nunca ha querido, porque no es capaz siquiera de comunicarse con otros seres humanos, ya que solo habla inglés. También él, en realidad, está atrapado en una vida que no desea, y pronto se da cuenta de que Lena y él son dos almas afines.

El miedo, la angustia y la ansiedad son los protagonistas de los primeros capítulos, mientras nos adentramos en el caos emocional de ambos personajes. Con el transcurrir de las páginas, el amor va deshaciendo los nudos de la madeja, dando perspectiva a las situaciones y regalando pedacitos de cielo y de felicidad. Ha sido bonito ver cómo iba venciendo las batallas en el corazón de Lena y Arthur, aunque reconozco que a ella le hubiera dado más de un mamporro para que dejase de verlo todo tan negro.

Después de todos los momentos duros que la autora nos hace pasar, nos regala no solo un final feliz sino también un epílogo precioso y dulce para decirnos que, muchas veces, no es la vida la que nos impide ser felices o cumplir nuestros sueños, sino los límites interiores que nos autoimponemos.

Una historia muy bien escrita, con ese estilo fluido y lleno de sentimiento que caracteriza la pluma de Maira. Una novela que recomiendo, sin duda.😊