Nada hay tan parecido a un monje como un soldado
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Nada hay tan parecido a un monje como un soldado
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Me hizo conocer sensaciones que no creo haber experimentado nunca desde entonces con mujeres a las que he amado más que aquella, que quizá no me amaba, y a quien quizá no amaba yo
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No hay juventud sin belleza, ¡y el ejército es la juventud de Francia!
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El odio tiene sed de desprecio
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Hay mujeres que nos dicen: "Me pierdo por ti"; otras nos dicen: "Me vas a despreciar"; son formas distintas de expresar la fatalidad del amor
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Tenía la total certeza de que lo que sentía aquella muchacha por mí no era amor. no procede el amor con tal impudor y desvergüenza, y me constaba asimismo que lo que ella me hacía experimentar no lo era tampoco.
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Por muy tímido que fuera yo, no quería pasar por tonto. Tal es la gran excusa de los franceses para cometer las peores acciones sin sentir remordimientos
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Tenía la honradez y la consideración propias de mis diecisiete años ... Pensaba para mí: "¿Será descarada? ¿Será loca?"
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Aquel uniforme, que me tenía enajenado, todo me lo encubría y me lo embellecía... Me vestía ... para mí
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¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?