Las popiletras van al museo

"Las popiletras van al museo" es la segunda entrega de la serie infantil "Las popiletras". Está escrito por Gemma Brie e ilustrado por Mattia Cerato, y es para niños a partir de los tres años. La primera parte se llama "Las popiletras van de excursión", y próximamente saldrá una nueva entrega.

Aunque es una serie, son libros que se pueden leer perfectamente de manera independiente, ya que no siguen una continuación de la historia, si no que en cada uno los niños aprenderán sobre algo diferente. Aunque seguro que una vez que los primeros lectores conozcan a las divertidas popiletras querrán leer todas sus aventuras.

La edición por parte de Anaya es muy bonita visualmente, por las ilustraciones de cubierta y los colores, lo que llamará la atención de los niños. Su tamaño, muy parecido a un libro bolsillo es ideal para el manejo por parte de los más pequeños.

Nel y Nela son mellizos y tienen un libro muy especial. En él viven las popiletras, unas letras muy traviesas con las que los mellizos viven muchas aventuras. En esta ocasión, irán a visitar un museo.

Gemma Brie usa un vocabulario muy sencillo para narrar la historia, de esta manera, los niños lo van a comprender perfectamente, ya que recordemos que está pensado para niños a partir de tres años. Además, tal y como se anuncia en portada, el texto está en letras mayúsculas, lo cual facilita la lectura por parte de los niños. Y por otro lado, la narración tiene una rima y una musicalidad muy bonita y divertida, lo que animará a los primeros lectores.

Otro punto a favor es que el texto está incluido en un pequeño bocadillo, dentro de la ilustración. En unas ocasiones habla Nel y en otras Nela, por lo que el niño junto con el adulto lo puede ir leyendo y cada uno representar a un personaje. Es una idea muy original y divertida que aporta dinamismo a la historia y un enfoque diferente para que aprendan que hay distintas maneras de disfrutar de un libro.

Me ha parecido muy original la idea de crear las popiletras, para que también los niños jueguen a adivinar qué letra es cada una, una divertida manera de que los niños vayan aprendiendo el abecedario. Además, hay escenas en que las popiletras se dan de la mano, formando una palabra dentro de la ilustración, por lo que los niños se tendrán que fijar para adivinarlo y de esa manera saber la respuesta y seguir la historia.

Aparte de ser una historia divertida, "Las popiletras van al museo" es también un libro educativo. Con las popiletras los niños aprenderán cómo hay que comportarse en un museo, qué tipos de museos existen y sobre todo ¡que son divertidos!

Me parece una cosa muy importante, ya que de por sí siempre se piensa que los museos son aburridos por tener que estar en silencio, pero nada más lejos de la realidad. Con las popiletras los niños descubrirán que pueden ver cuadros y esculturas, pero también joyas, espadas, dinosaurios y momias. Hay muchos tipos de museos, y seguro que alguno es del gusto de los niños. Por eso este tipo de libros son tan necesarios, para que también puedan descubrir qué les gusta.

Al igual que en el libro anterior, "Las popiletras van al museo" incluye también una serie de actividades una vez realizada la lectura. Con ellas los niños practicarán la comprensión lectora ya que se les pide hacer una lista con las cosas que pueden encontrar en el museo, información que han leído previamente en el cuento. También una actividad para dibujar una letra y seguir la línea de puntos, con ella desarrollan su sistema psicomotriz y practican el manejo del lapicero para no salirse de la línea. En otra actividad tienen que copiar unas palabras y también encontrar una rima, lo cual les hará fijarse en las letras que componen una palabra. Son actividades muy dinámicas y variadas, para que los niños pasen un rato divertido y a la par aprendan sin darse cuenta.

Las ilustraciones que Mattia Cerato ha creado son muy coloridas e infantiles. Ocupan la totalidad de la página, dejando solo un pequeño hueco, tipo bocadillo, para el texto. Además, son muy divertidas ya que en ellas los niños verán a las mágicas popiletras hacer mil y una travesuras. Acompañan a la perfección al texto, lo cual es perfecto para que los primeros lectores se puedan apoyar en ellas para seguir la historia, o bien si es un adulto quien les lee el cuento. Además, las expresiones de las popiletras en las diferentes escenas son muy caricaturescas.

En resumen, "Las popiletras van al museo" es un divertido cuento educativo que además incluye actividades para que los pequeños se entretengan más allá de la lectura.
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