Colapso

Hola, estos días en los que escribo esta reseña estamos a punto de caramelo para la Seman santa, así que ya mismo toca salir un poco más a ver procesiones y menos lectura en casa. Esta semana ha sido casi por entera dedicada a vivir en un mundo en el que el colapso está a las puertas y en las que las catástrofes naturales se suceden día sí y día no. Este libro es la segunda parte de una bilogía titulada Equilibrio, la primera parte se llama igual, tenéis la reseña aquí, fue un libro que me gustó y quería saber cómo acababa.

La narrativa del autor me gusta, creo que es algo a muy a tener en cuenta cuando estamos hablando de un libro coral, un libro que nos presenta no solo tres mundos completamente diferentes, sino que hay muchos personajes. Se nos narra en tercera persona, sino la verdad es que se volvería todo un poco caótico, pero se nos hace ver desde el comienzo de cada capítulo en que lugar nos encontramos y con quién. La trama se quedó en un punto álgido en la primera parte, en esta segunda volvemos a seguir los pasos de los personajes desde el mismo punto donde los dejamos. Esto siempre me gusta, porque podemos continuar la historia desde ahí y no hacer saltos de tiempo en los que nos tenemos que poner al día, y algo que me ha gustado muchísimo de este libro es que al comienzo tenemos un gran resumen de todo lo que ha pasado en el anterior, para refrescar me ha venido muy bien y perfecto; la verdad es que lo prefiero así porque cuando lo meten entrelazado con la misma trama que continuamos se vuelve más monótona la lectura si recordamos el anterior, buen punto para el autor.

El libro me ha tenido metida en una montaña rusa, tanto de emociones como por la trama y la intensidad; hay momentos en los que el libro es imposible de soltar, están pasando cosas en el mundo y el autor lo hace de una manera increíble, lo narra todo de forma tan vívida que es imposible no sentir que estás viendo una película. La trama principal se nos solapa con otras historias, en ellas podemos vivir de la mano de otros personajes que se nos presentan, viendo cómo es su vida diaria y lo que está viviendo, para que nos metamos de lleno en lo que es las catástrofes, dando un toque mucho más original que si lo vivieran los mismos protagonistas. Os he comentado que he estado en una montaña rusa, es que si bien lo que os he contado de ser un libro imposible de soltar, también tengo que decir que hay muchas partes en las que la trama se para, no avanza y esas partes han sido mucho más lentas; comentar que esas partes son necesarias, creo que pararse a vivir el duelo es algo importante y necesario, esas partes son muy emocionales y le dan mucha más profundidad y vida a los personajes, ya de por sí perfectamente perfilados. También comentar que tendremos nuestros momentos de romance, bonito y sano, pese a que no es de gran importancia si le da un buen toque al libro. Además no puedo dejar de decir que tendremos por supuesto representación LGBTQ que me han hecho derretirme.

La ambientación es una de las grandes bazas de esta novela, es espléndida y única, porque tenemos lo mejor de cada género literario, por un lado tenemos un mundo de ciencia ficción muy futurista, nuestro mundo en contemporánea y por supuesto un mundo donde la magia existe y nos adentra en la fantasía. Poder unir todos estos mundos además de lidiar con ellos, con sus tramas, sus paisajes, sus costumbres... ya que los dos mundos inventados por el autor que son ciencia ficción y fantasía necesitan su buen worldbuilding; por supuesto que lo tiene, y me ha sorprendido mucho, porque me encanta ver lo bien construido que está todo, tengo que decir que sí que tengo un mundo favorito, no podía ser de otro modo que el mundo de fantasía; si es que no me puedes poner magia elemental, personajes entrañables y encima de todo que tienen a un compañero animal a su lado siempre, sea un pájaro de dimensiones enormes o un animal extinto y no enamorarme por completo.

Sin duda volveré a leer a Manu, me ha gustado mucho su narrativa y su puesta en escena, sabe bien cómo atrapar al lector y no soltarlo, todo ello en una montaña rusa en la que me he subido con muchas ganas y en las que no paraba de subir y subir la tensión hasta llegar a un final sorprendente.
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