Si la autora no hubiese puesto fechas en las cartas, igual habríamos tocado el siglo XIX. El lenguaje es totalmente "viejo" y formal como antaño. Los temas tocados entre sus dos únicos protagonistas, definitivamente nos llevan a esa época donde nosotras (¡pobre de nosotras!) dependíamos de las apariencias, comportamiento e incluso comentario de la sociedad (hoy seguimos siendo chismosos, pero hay a quien nos vale jajajajaj). O sea, disfruté del intercambio epistolar entre un hombre y una mujer hace dos siglos. Tomé esta pequeña historia para pasar un vuelo, y mi elección fue positiva. me divertí, me reí, me asombré y me intrigué. Todo lo que quería hasta llegar a mi destino. Si necesitas salir de un bloqueo lector, o quieres algo ligero y con un final que te deje una sonrisa, lee esta historia que además es cortita y no paras hasta terminar, porque una carta, te obliga a leer la otra. Refrescante y divertida. |