Columna Edicions

"La bibliotecaria de Auschwitz" de Antonio G. Iturbe nos sumerge en uno de los lugares más oscuros de la historia humana: el campo de concentración de Auschwitz. En medio de este infierno, encontramos a Fredy Hirsch, quien, en secreto, establece una pequeña escuela. Pero es la joven Dita quien se convierte en un faro de esperanza al llevar a cabo una tarea aparentemente imposible: esconder libros bajo su vestido para crear una biblioteca clandestina en el corazón del horror.



En esta novela basada en hechos reales, Dita emerge como un símbolo de coraje y resistencia. A pesar de las condiciones inhumanas que la rodean, nunca renuncia a su deseo de vivir ni a su pasión por la lectura. Para ella, abrir un libro significa escapar por un momento del sufrimiento y la desesperación, es como abordar un tren hacia un mundo diferente y esperanzador.



Esta conmovedora historia nos recuerda el poder transformador de la literatura incluso en los momentos más sombríos de la historia. A través de los ojos de Dita, somos testigos de la lucha por preservar la humanidad y la cultura en un lugar donde ambas cosas parecían estar condenadas al olvido.



"La bibliotecaria de Auschwitz" es mucho más que una novela histórica; es un homenaje a todos aquellos que, como Dita, se aferraron a la esperanza y a la dignidad en medio del horror. Una lectura emocionante y conmovedora que nos deja con una profunda impresión de la capacidad del espíritu humano para resistir incluso en las circunstancias más adversas.

Un amor, cierre de la trilogía de Amalia que empezó con Una madre, continúo con Un perro y cierra unos años después con este magnífico libro.



Lo cogí con un poco de miedo porque no sabía por donde iba a salir Alejandro y la verdad es que yo le había cogido mucho cariño a Amalia, esa mujer, esa madre, ese apoyo en el que cada lector seguro que reconoce a su madre con algunas de las cosas. Sin duda una mujer peculiar que imagino que tiene mucho de la madre del autor.



Este es un autor que respira sensibilidad a través de sus letras., no son sus historias las que llenan los libros, son sus personajes los protagonistas absolutos, los que cuentan su historia a través de diálogos, interacciones y vivencias. Parece una perogrullada pero no, de verdad, que da igual las tramas en los libros de Alejandro porque los personajes son tan intensos y magníficos que lo inundan todo.



Además es un artista creando belleza de lo trágico y comicidad con lo cotidiano. En los libros anteriores me he reído, pero con este se me han saltado las lágrimas e incluso hay alguna escena que he contado en varias ocasiones por lo divertida que me ha parecido. (Véase por ejemplo el tema de las mujeres empotradas).



Pero no solo de risas vive el lector con esta trilogía, porque hay momentos que encogen el corazón, llegados a esta tercera parte los personajes ya son un poco nuestros y por lo tanto lo que nos pasa nos pellizca aun más si cabe.



Me ha gustado mucho este cierre, he echado de menos algunos personajes pero a cambio me han encantado algunos de los nuevos.



Sin duda echaré de menos a esta familia.

Tengo sentimientos confundidos con este libro.

No lo he sentido un thriller, si hay asesinatos, pero no he notado la intriga, rapidez... no sé, no me ha llegado.

El libro promete en su sinopsis lo que es, nada más, ni nada menos. Un supuesto thriller histórico, y la verdad de histórico tiene bastante, aunque la autora, como dice en la bibliografía se ha inspirado en la historia, aunque la novela este cambiada tanto fechas, como ubicaciones, etc...

Es el primer libro que leo de la autora y la verdad no creo que sea problema de la narrativa, si no más bien no me ha gustado la trama....