Mi primera incursión en el género bizarro pero, sin duda, no la última.
Sinceramente, sobre todo al principio, lo pasé bastante mal con la sensación de ahogo que me generó su lectura pero, poco a poco, al meterme más dentro de la historia, de esa casa y en lo que sentían esos personajes, esa sensación desapareció y pude disfrutar al completo de la lectura.
El mensaje que manda es para reflexionar sobre él y el hecho de que, a pesar de que toda la lectura esté impregnada de un halo de pesimismo y desencanto, el final tenga ese punto optimista y esperanzador, me ha encantado.
Volveré a leer a este autor muy pronto.